ANGELS AND THE CITY

Este era uno de los mejores momentos del día: fumaba quedamente sentada en el alféizar de la ventana, rumiando los acontecimientos del día mientras observaba las vistas que desde el apartamento ofrecía Manhattan.

No pude evitar reír a carcajadas recordando aquella noche con las Angels. La cara de aquel hombre se había grabado en mi retina provocándome esa risa tonta tan difícil de atajar.. oops, aquí está el hipo de nuevo, soy de diafragma irritable, qué le vamos a hacer. Dadme unos segundos, voy a por un vaso de agua y en seguida comienzo con el relato de nuestra historia.

Aquella había sido una divertida noche, que había comenzado de la mejor de las maneras, con una fiesta en el local de una amiga a la que hacía tiempo que no veía. Acudimos al tp con muchas ganas de fiestuqui y un poquito de incertidumbre, ya que en principio, a parte de a Lisa, no conocíamos a nadie más en aquel lugar. Pero pronto nos hicimos multitud y mayoría, enviando tps a diestro y siniestro, comprobado que nos flipaba la música no nos costó mucho hacernos con el lugar!! En seguida nos aprendimos los bailes, y entre pirueta y pirueta nos marcábamos algún que otro pasito de break.. no dejarán de sorprendernos nuestras habilidades, la de cosas que sabemos hacer!!

Después de varios temazos, y cuando el ánimo empezó a decaer, empezamos a ser conscientes de que nuestros Blahnik no estaban hechos para aquellos trotes y nos lo estaban haciendo entender con sutiles e incisivos mordisquitos en nuestros pobres piececillos, así que era el momento de irnos a acabar la fiesta al apartamento que nos habían prestado para aquella noche de visita en Manhattan. Aunque sobriamente amueblado, nos quedamos hipnotizadas observando la belleza de aquellas vistas:

En seguida comenzamos a buscar algo para privar, pero … no me lo puedo creer ¿hemos retrocedido a la época de la ley seca? ni una cerveza sin alcohol que llevarse a la boca ¡habrase visto!

Después de unos momentos en los que nuestro espectador cambiaba rápidamente de ventana y se volvia loco buscando la imagen de aquellas tres chicas que había perdido cuando se le había caído el cigarro en la moqueta, consiguió vislumbrar algo… si, si, allí estaban, pero aquellos ajados prismáticos herencia de su padre se desenfocaban con cualquier movimiento brusco.. esa misma noche ajustaría aquel maldito tornillo, se prometió.. Mientras las imágenes se tornaban más nítidas, aquel nuestro fisgón hacía cábalas sobre la procedencia, e historia por la cual aquellos tres monumentos habían llegado a aquel edificio, ya que era la primera vez que las veía después de tantos años de observación furtiva en sus largas noches de insomnio… y entonces ¡Oh my god! Pero están… están… y le estaban saludando? ¿a él? Le habían visto? Instintivamente dio un paso atrás y perdió el equilibrio cayendo sentado en la silla que tenía detrás de él, que debido al impulso se inclinó y… ¡pataplaf!

Todavía resuenan las carcajadas en mi memoria…