Relataré algo de nuestra experiencia.
Después de aterrizar en el lugar, hay algo allí que hace que se te ponga la piel de gallina. Será el silencio, la oscuridad, las ventanas, puertas cerradas, pasillos llenos de puertas… Recorrimos el Motel, sin prisa pero sin pausa no fuera a ser que se me quedará sola en alguna de aquellas habitaciones.
Cuando nos dirigíamos hacia la casa, algo llamo nuestra atención. Una edificación pequeña se alzaba en la parte de atrás del Motel, parecía una capilla o ermita. Al acercarnos, la cosa ya prometía.
Y al abrir la puerta mucho más. Que había sucedido en ese lugar? Paredes salpicadas con sangre, pedazos de lo que parecía un ser humano esparcidos por todo el lugar, un gran desastre, como si hubiera pasado el mismísimo Lucifer por allí.
Algo impactados salimos del lugar y en medio del jardín distinguimos una luz resplandeciente que nos atraía hacia ella. Estaba al final del cementerio, rodeado de vallas oxidadas y una puerta que crujía al abrirla.
Un cuervo posado en la entrada avisaba de nuestra presencia. Graznaba fuerte, como si quisiera alertar a algo o alguien.
- No escucháis algo? Susurró Jhon
Poco a poco nos adentramos en el tétrico lugar, guiados por el sonido y en dirección a la luz.
- Aquí no hay nada
- Shshshs…. No oís? Es como si estuvieran rascando ahí debajo.
Y, de repente, de la nada aparecieron. Dispuestos a terminar con nuestras vidas. Empezaron a sonar gritos y lamentos mezclados con balas y disparos. Yo corría y corría, sintiendo el corazón a punto de salirse por la boca. Conseguí alcanzar la cancela de la puerta. Ahogándome en mi propia respiración. Cuando conseguí darme la vuelta, me di cuenta de que no estaba Sab, la habían mordido! Noooo… grite! Chicos! Hacer algo!!
Luchaban contra ellos, con todas sus fuerzas. Cuando Hugo cayó. Levántate!! Lucha!! Que no puedan contigo!! De nada sirvió, se desvaneció en la oscuridad del lugar.
Habían caído dos. Que hacemos ahora?
Decidimos resguardarnos en la pequeña iglesia. Pero, sorpresa! Al entrar en ella allí estaban Sab y Hugo. Rezando.
- Estáis bien, chicos?
- Rezamos por la salvación de nuestra alma. Y vosotros deberíais hacer lo mismo.
Los acompañamos en la oración, algo extrañados. Pero parecían de lo más normales. Como si nada de lo anterior hubiera sucedido.
Los mordieron, yo lo vi. Clavaron sus afilados dientes en su piel. Desaparecieron del lugar. Y han vuelto sin más? Hay algo en sus miradas que no me convence. Que pensáis? Habrán sucumbido a la llamada del mal?
Solamente una recomendación. Si os cruzáis con Sab o Hugo, cuidado.