No existe rutina en Chateau Angels

Conducía tranquila y satisfecha camino a casa, después de una fructífera tarde de compras por las boutiques de SL.
La nueva maravilla de coche que había descubierto en mi caótico inventario iba como la seda, deslizándose suave y silenciosamente por el asfalto virtual.

Suena el repiqueteo de una IM-conferencia, con las niñas al otro lado del aparato:

Arwen: Sab nena ¿por dónde andas? - Umm… me tiene loquita, si ella quisiese.. ay, si ella se dejase..
Sabela: pues ahora mismo estoy camino a casa cielo, por?
Arwen: tienes que ver esto…
Sabela: Y Lau?
Arwen: está arriba acostando a los chuckys…
Sabela: Arw, como tía en funciones deberías subir a darle un besito de buenas noches a los nenes, ya sabes, por aquello de afianzar los lazos afectivos y tal…
Arwen: Sab, no me toques las …
Sabela: jajajaja!

Intrigada por el silencio de Lau, y por lo misterioso de las palabras de Arwen, pisé a fondo el acelerador y el potente motor de the Angel´s Buga rugió con fuerza mientras me impulsaba bruscamente hacia atrás, pegando mi espalda al suave asiento de cuero negro.
Durante lo que pareció una eternidad, a pesar de la velocidad, al fin estaba entrando en Aurum, rumbo hacia nuestra casita en el acantilado.

Cuando aparqué y mientras salía del coche pude escuchar a Arwen y Lau hablando en un tono bastante más alto de lo recomendable para que los niños pudiesen conciliar el sueño, así que apreté un poco más el paso, cada vez más curiosa por saber qué narices estaba sucediendo en Chateau Angels.

Llegaban a mis oídos fragmentos de la conversación, “… de ninguna manera..”, “..Arwen, piensa en tus sobris..” escuchaba decir a Laura…

No le conozco puntos débiles a nuestra dama de acero, pero de tenerlos, apelar a su recién estrenada condición de tía no era el mejor camino para que esas largas piernas, y ese cuerpo de diosa cediese un poco a... emmm, estoo ¿de qué hablaba? Ah, si si, de ceder a las exigencias de Lau, claro, claro.. eso era… continúo…

En estas y otras tesituras me hallaba, inmersa en mis pensamientos, mientras cruzaba la puerta de entrada y entonaba un animado “holaaaaaaaaaaaaaa” que esperaba relajase un poco la tensión que había en el ambiente.. cuando:

¡¡¡GROAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARRRRRRRRRR!!!

Coñooooooo!!!!

Laura: ¡Ves! A eso me refiero Arwen, no puede ser que pase lo mismo con cada visita que tengamos, al final nadie querrá venir y nos quedaremos solas y aisladas…
Arwen: Laura, ¿hablamos de las dos pesadillas con patas que has traído a casa? Porque sus gritos, correteos, y pintadas en las paredes te aseguro que pueden ahuyentar a nuestras visitas tanto o más…

Mientras trataba de recuperar mis pulsaciones y mi perdida compostura, Arwen y Lau seguían discutiendo acaloradamente… y el lindo gatito y yo nos observábamos de refilón, él sin moverse del lado de Arwen, me miraba como si fuese un suculento y sorpresivo filete con el que no contaba, pero se le veía feliz de que hubiese aparecido, sin duda...

- Niñas, un día de estos no me sobrepongo del susto, os lo digo en serio, vaya semanita que llevamos, no?

Las susodichas cejaron su discusión, al ver que mi cara había perdido todo rastro de color y canalizaron su energía en acomodar mi maltrecho cuerpo virtual en el sofa, con la temblequina de piernas que me había entrado casi me sostenía en pie de milagro.

Qué mejor manera para recuperar la normalidad, que estrenar nuestro estupendo jacuzzi, así que después de que Tiger se quedase tranquilito y encerrado, entreteniéndose con un hueso en la terraza, las niñas y yo nos dimos un relajante, vaporoso y aromático baño, que disipó por completo todas las tensiones, y trajo de nuevo el color a mis mejillas…

Sabela: esto es vida…
Laura: siiii, qué bien… yo no es por fastidiar el momento relax, pero tenemos pendiente la presentación en sociedad de la casa, no?
Arwen: pues sí, la verdad. Ya hace más de 15 días que nos trasladamos, no deberíamos demorarlo mucho más...
Sabela: va niñas, vamos a vestirnos, nos hacemos algunas fotejos y mañana las cuelgo en el blog… y de paso cuento la aventura de hoy que… ¡¡¡tenéis tela pequeñas!!!

¡Qué haríamos sin estas pequeñas cosas de la segunda vida!